miércoles, 8 de febrero de 2017

Una experiencia como au pair en España (Escrito por D.H)

Muchos de nuestros alumnos y antiguos alumnos buscan diferentes formas de viajar a España durante las vacaciones para continuar practicando español y conocer esa cultura que tanto les interesa. En este blog ya hemos relatado diferentes experiencias, desde un verano visitando a las antiguas familias de acogida de intercambio, o un verano trabajando como animador en un centro turístico e incluso unas semanas haciendo el "Camino de Santiago". Hoy una antigua alumna nos relata de una forma muy personal su experiencia como au pair en España el pasado verano.






Cuando llegas a casa después de varios meses, la primera pregunta que te hacen: ¿Qué tal fue la experiencia?
Y la respuesta que todo el mundo espera: Pasar un verano entero trabajando de au pair fue la mejor decisión de mi vida.
Para aquellos que no conozcan la palabra „au pair”, os explico que significa.
Definición según el Libro Oficial de Au Pairs:
Es una persona – en la mayoría de los casos de otro país – que vive con la familia durante algunos meses con el deber de cuidar de los niños, jugar con ellos y ayudarles en varias tareas. Le pagan un sueldo ridículo pero tiene la oportunidad de conocer a otra cultura y aprender un idioma nuevo.”
Definición según las familias de acogida:
El au pair es la persona que convierte todos nuestros deseos en realidad: limpia, pone la mesa, la recoge, se encarga del lavaplatos, recoge el cuarto de los niños, baja la basura y sobre todo se somete a la voluntad de los miembros más preciados de la familia: los enanos. A cambio tú le pagas unos céntimos y le das comer.”
Al observar ambas descripciones, estoy segura de que vais a entender porque mi respuesta no equivale a la respuesta que todo el mundo espera...
La verdad es que no, volvería a repetir esta experiencia.
Las cosas que aprendí siendo una au pair en España:
  1. Todos los padres buscan a la cuidadora perfecta que pueda educar sus hijos y corregir los errores cometidos por ellos en cuanto a la cría.
  2. Ellos piensan que tú eres la ama de casa, la hermana y la mejor amiga de los peques y a la vez su sirvienta que está esperando nuevos ordenes.
  3. Además, creen que estás dispuesta a cuidar de sus hijos y de todos los primos a la vez por ninguna remuneración extra.
A principios no te parecen tan exigentes pero el rostro que te muestran, es falso…
Bueno, antes de todo, vamos a repasar todo el proceso de encontrar una familia de acogida.
1°paso: El método más popular para conseguir un puesto es registrarse en una de esas páginas (p.e. AupairWorld,etc.) aunque esta opción tiene riesgos (de los que hablaré más tarde). Por otro lado, existen agencias de au pairs que son especializadas en encontrarte una familia en la región preferida. Ahora podríais preguntarme por qué no opté por esta última. Es muy sencillo. Prefería elegir yo mismo la familia de acogida sin pagar costes elevados por un servicio que puede ser sustituido o es totalmente innecesario. A mí me han recomendado la página web de AuPairWorld de modo que a través de esa fui a España.
2°paso: Tras registrarme y crear un perfil prometedor, tenía la posibilidad de buscar entre las familias según varios criterios (p.e. país, duración de estancia, número de niños, familias monoparentales, etc.) que habría sido una idea buenísima, si hubiese funcionado bien. Por lo menos, logré tener una lista de „candidatos posibles” y la CAZAFAMILIAS empezó. Recibí algunos mensajes negativos que me sorprendieron muchísimo. En la mayoría de los casos, cuando la familia se entera de que no eres inglesa y que hablas bien español, tachan tu nombre en su lista. Todo el mundo que ha visitado España por lo menos una vez, sabe que sus habitantes no dominan el inglés o mejor dicho gran parte de ellos – claro que hay excepciones. Ante esta situación, los padres no ven otra oportunidad que contratar a alguien que esté con los niños jugando y enseñándoles el inglés. El problema es que ellos tienen expectativas muy altas en frente de los niños y el au pair también.
Por ejemplo ponte en el lugar de una niña de 10 anos que odia el inglés y quien es forzada por los padres a practicar este idioma. Ahora imagínate la situación del pobre au pair cuya intención es pasar su estancia lo mejor posible. Es decir:
UNA NIñA DISGUSTADA CON EL INGLÉS + UNA AU PAIR QUE HABLA INGLÉS = FRACASO TOTAL
Los enanos tienen una lista infinita por qué odiarte.
  1. No te entienden.
  2. Tú eres una intrusa en su casa.
  3. Les dicen que tú eres la jefa mientras sus padres están fuera.
  4. Todo lo que haces está mal.
  5. Hablas en una lengua extraterrestre
Yo tuve „la suerte” de encontrar una familia que tuviera unas exigencias más cercanas a la realidad, por lo menos esto pensaba. También rogaban que hablara inglés con la niña pero en ciertas ocasiones nos permitieron cambiar al español.
La primera noche me invitaron a un bar cercano y me contaron un poco de su vida, unos detalles que no iban a asustar a su au pair recién llegado. Tras unas horitas ya supe que era su tercera au pair.
La primera les cayó bien pero criticaron por distintas cosas: al acabar la cena les preguntaba que más había para comer, su habitación privada estaba llena de alimentos y dulces, además se aisló allí en cuanto su jornada terminó.
La segunda o como yo la llamó, la au pair 2.0, no pasó mucho tiempo con la familia. Los que más le gustaban eran charlar por teléfono y llorar. Estaba enganchada al teléfono, así que pasó toda la noche y su tiempo libre hablando con su familia y amigos. Cuando se enteró de la noticia devastadora según cual no sería capaz de llamarlos o usar el wifi durante las vacaciones con la familia, se echó a llorar. No dejó de llorar a moco tendido hasta que una noche – algunos días después de su llegada – se marchó sin ninguna explicación.
Recordáis que antes he mencionado que he sido su tercera au pair? Ahora me corrijo, porque he sido la 2.1. A principios solamente me reía de mis „antepasados” pero con el tiempo empecé a entender sus motivos – la comida extra en la habitación y el deseo de ir a casa. Ahora estoy pensando en la familia. Qué van a contar de mí a sus amigos o su cuidadora futura? Y la verdad es que me da igual porque su historia será una versión torcida de la mía, de la realidad.
Yo intenté ser la amiga de la niña con la que podía compartir todo. Cuando sus padres estaban en otra habitación, no me importaban sus reglas y charlé con ella en su lengua materna. El único problema que surgió que ella casi no me contestaba, y luego la conversación entre nosotros se redujo a unos SÍ o NO.
Después de un rato, ya estuve harta de ella, de su comportamiento y me puso nerviosa cada vez que practicaba su actividad favorita: ponerse histérica… La verdad es que hasta hoy no sé exactamente que era la expectativa de la mamá porque no es tan fácil convencer a una muchacha de 11 anitos de recoger su habitación cuando nunca en su vida le han obligado a hacerlo. Además, el concepto ayudar a recoger la habitación no equivale a hacer la tarea en vez de ella.

Pasé dos meses enteros en la bellísima capital de Espana, visité lugares increíbles, participé en una boda no ordinaria, bebí una copa de tinto de verano en la Castela – en el bar que está justo a la entrada y cuál fue visitado por la primera dama, Michelle Obama en junio -, me hice de algunos admiradores, y durante estos meses no pude resistir la tentación de las rebajas del verano.
A pesar de todo malo me enriquecí con experiencias nuevas, conocí otro mundo, descubrí un bar chulo, el Imperfecto y aprendí por lo menos una cosa importante: cómo no criar a mis hijos futuros.

D.H.

No hay comentarios:

Publicar un comentario