Hoy seguimos con las "andanzas" de Péter en España. Concretamente, conoceremos como fueron las primeras etapas del camino de Santiago...
Llegué
a Madrid en avión el 17 de junio donde me quedé con mis amigos de
la Ruta Quetzal de 2013 con quienes iba a hacer el Camino de
Santiago. Me hizo muchísima ilusión verles después de un año;
incluso vino el monitor de mi grupo para vernos un rato.
El día
siguiente nos dirigimos en bus de Madrid a Ponferrada donde nos
unimos con la otra gente que había venido de otras partes de España
o de países extranjeros. Éramos aproximadamente cien,
mayoritariamente ruteros de 2013, españoles pero incluso había
gente de otros años y de otros países americanos y europeos. El día
siguiente por la mañana nos pusimos en marcha...
- Ponferrada – Villafranca del Bierzo (24,1 km)
La
primera etapa servía para conocer lo que verdaderamente es el
Camino de Santiago. Al lado de los senderos y calles está bien
indicado con flechas amarillas la dirección de Santiago de
Compostela, aunque a pesar de esta ayuda hubo grupos de gente que
consiguieron perderse e ir dirección a Lisboa. Ya el primer día
tuvimos que enfrentarnos al clima lluvioso del norte de España,
que nos dificultaba el avance. Pero íbamos con ganas; todavía...
- Villafranca del Bierzo – O Cebeiro (28,4 km)
Tras
un día de descanso que pasamos en el festival hippie Fiestizaje
de Villafranca, nos arrancamos a hacer la etapa considerada más
dura del camino francés: la subida a O Cebreiro, Galicia. El camino
iba al lado de la carretera, entrando en pequeños pueblos leoneses y
luego se dirigió hacía la cima de un monte cuya pendiente nos dio
la bienvenida a la Comunidad de Galicia, provincia de Lugo. La altura
que habíamos subido considerable pero las vistas
merecían definitivamente la pena.
- O Cebreiro – Triacastela (21,3 km)
La
bajada de O Cebreiro fue mucho más ligera que la subida. El tiempo
también se puso adecuado para hacer la caminata. El paisaje gallego
nos apasionaba a todos, menos la gente que en la tienda no quería comprender el castellano. Según las piedras laterales (llamados
mojones) indicaban, aún nos quedaba bastante para Santaigo.
Era común que los
peregrinos anduviesen con bastón, apoyando sus pasos, pero también
había varios amigos míos que preferían hacer autoestop para
facilitar más la caminata. Gente lesionada, los que sufrían por
ampollas y algunos más, optaron por la solución intermedia, es
decir, llevar las mochilas en taxi y andar ligeramente. Yo al final
estuve orgulloso de haberlo hecho todo andando cargado con la
mochila.
- Traicastela – Sarria (18,3 km)
A
parte de las flechas amarillas, la vieira de Santiago, la concha de
un particular molusco, también es símbolo del camino. Aparece
frecuentemente al lado de los senderos, en las paredes de casas e
iglesias y por supuesto en los sellos que poníamos a nuestros
credenciales. Tuvimos que sellar por lo menos 2 veces cada día para
que nos entregaran el certificado llamado Compostelana en Santiago,
escrito en latín, que certificaría que habíamos realizado de
verdad la peregrinación.
- Sarria – Portomarín (22,4 km)
¡100
kilómetros hasta Santiago! En esa etapa en la que me encontré
con peregrinos húngaros de Budapest que venían desde Francia
andando. Me hizo mucha ilusión tenerles allí. La gente hace el
Camino de Santiago por varios motivos; no todos son peregrinos
creyentes. También hay personas que lo realizan por motivos
deportivos o aventureos. Yo sentía un poco de todo, incluso me
motivaban los compañeros y las razones culturales a parte de la
religión y el desafío. El destino de esta caminata era el pueblo de
Portomarín, situado a la orilla del río Miño.
- Portomarín – Palas de Rei (25 km)
Cuando
sale España en los folletos turísticos la parte del norte apenas
aparece. Sin embargo esto no debería ser así, ya que esta zona
tiene su propio encanto que le fascina y sorprende a cada forastero
que atraviesa esta tierra. El paisaje es totalmente rural, con ganado
bovino y pollos por todas partes; aprendí que era un hórreo, que
significaba ”oler a Galicia” y conocí a la gente local que
,,fala galego”. Lo decepcionante era notar que la zona ya está en
vías de convertirse en un destino turístico que se aprovecha de los
consumidores y turistas aunque en este caso ellos sean peregrinos
austeros.
- Palas de Rei – Arzúa (28,8 km)
La
etapa que iba a Arzúa fue una etapa mortal, puesto que nos esperaban
casi 30 kilómetros de cuestas y bajadas para recorrer en un día y
llegar a la provincia de A Coruña. Como éramos un grupo de
aproximadamente cien personas era imposible que hiciésemos las
caminatas todos juntos. Por las mañanas salíamos según como nos
habíamos levantado (a veces con linterna a las 5 y media) y por las
tardes llegábamos en grupillos fracturados o en pares según como
habíamos organizado nuestras paradas, comidas y siestas.
Al
encanto de Galicia también le pertenece una gastronomía típica. Yo
en Melide probé unos trocitos del pulpo gallego, en Santaigo un
plato del caldo gallego y para postre: tarta de Santiago. Las bebídas
tampoco podían faltar: las sidra es típica de todo el norte de
España, pero la Estrella Galicia sin duda es de los gallegos; pero
debo añadir que los peregrinos solo cogen agua de las fuentes por
el camino y rellenan sus cantimploras que según la tradición antes
era sustituída por una calabaza la cual sigue siendo aún ahora
símbolo de los peregrinos.
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