jueves, 3 de diciembre de 2015

Un verano trabajando en España... (escrito por Molnár Bence y Horváth Daniella XIIIA)

El verano pasado dos alumnos del curso XIIIA, Molnár Bence y Horváth Daniella, vivieron una experiencia inolvidable en España. Después de mucho tiempo investigando y buscando posibilidades decidieron pasar un verano trabajando y practicando español en la provincia de  Málaga. Unos meses más tarde nos explican cómo fue su estancia allí, animando a todos los compañeros de sección a  vivir experiencias parecidas.




"El año pasado decidimos ir a trabajar a España y estuvimos buscando ofertas de trabajo durante meses. Primero tuvimos que elegir que tipo de trabajo nos gustaría hacer. No pasamos mucho tiempo pensando en eso, era evidente que la animación sería la mejor decisión. Así podríamos divertirnos trabajando. Encontramos una empresa llamada Animafest que manda estudiantes al extranjero para hacer las prácticas exigidas por la universidad. Nuestra situación fue un poco rara ya que nosotros solo queríamos trabajar y no necesitábamos las prácticas. Como animadores profesionales no pudimos conseguir nada por falta de experiencia. Además, la mayoría de los hoteles prefieren contratar a varios alumnos extranjeros por el sueldo de un animador oficial. Tuvimos que viajar a Budapest varias veces para conseguir los documentos necesarios para poder trabajar en España. La primera impresión del hotel fue maravillosa porque cuando hicimos el check-in ya sabían que íbamos a trabajar allí . Después de algunos días libres tuvimos la posibilidad de encontrarnos con nuestra jefa por primera vez. Durante este fin de semana aprendimos algunas cosillas sencillas y al cabo de una semana, cuando el hotel empezó a llenarse comenzamos el trabajo real. 

Nuestras tareas fueron jugar con los niños, ir a comer con ellos, organizar juegos para los adultos como tiro con arco petanca o beer-pong. 


Teníamos que bailar tres veces al día. Primero hacíamos “zumba” por la mañana, después alrededor de las 6 “aquaqym” y por la noche “minidisco” con los peques. Trabajamos desde las diez y media de la mañana hasta la una cuando íbamos a comer. 

Por la tarde podíamos dormir la siesta hasta las cinco y estábamos con los clientes hasta las siete de la tarde. Después de cenar trabajábamos otra vez desde las nueve y media hasta medianoche.

 Suena bien empezar a trabajar a las diez de la mañana pero cuando trabajas hasta las doce y te acuestas a la una entonces te cuesta levantarte en esta hora. Por suerte tuvimos tiempo para descubrir un poco las ciudades cercanas porque nos dieron dos días libres a la semana. Nuestros jefes fueron bastante amables y no tuvimos ningún problema con los clientes. Nos encontramos con varias familias muy simpáticas y amables con las que todavía estamos en contacto. Le recomendamos esta experiencia a todos aquellos que poseen valentía y quieran vivir una aventura inolvidable . Nos pasamos un verano genial. Espero que hayamos podido animaros y que tengáis suerte buscando oportunidades como esta."

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